Jurisdicción de San Zadornil

 En la cuenca del Omecillo, recostados en una pequeña depresión colgada en la vertiente norte de la Sierra de Árcena, se localizan los cuatro pequeños núcleos rurales pertenecientes al municipio de la Jurisdicción de San Zadornil. Los altos relieves calizos de sus cumbres culminadas por el pico de Revillallanos dominan un laberíntico paisaje en el que los bosques de haya y pino silvestre han sido históricamente la base de la economía forestal que ha sostenido a estos pueblos.

La explotación forestal y la ganadería han sido los principales recursos en estas tierras pobladas desde la antigüedad tal como lo revela la arqueología. En un amplio espigón de abruptos cantiles en la Peña Gobía, muy cerca del pueblo de Arroyo de San Zadornil existen indicios de la existencia de un viejo castro ocupado en la Edad del Hierro.

El cancel visigótico de la iglesia de San Millán

Algunas confusas noticias del siglo IX, extraídas de la documentación de Valpuesta, sobre ciertos monasterios como el de San Saturnino de Unceca y el de los Santos Emeterio y Celedonio, hacen pensar a los historiadores en una continuidad de las poblaciones de San Zadornil y de San Millán a partir de pequeños centros monásticos de época visigoda. Una prueba de esta continuidad serían los hallazgos realizados en la iglesia de San Millán, en la que se han encontrado algunas piedras decoradas con rosetas y estrías talladas a bisel, que podrían corresponder a un cancel visigótico

Este logar es de Pero Ferrandez de Velascor…”

A mediados del siglo XIV, según el Becerro de las Behetrías, un inventario de todos los lugares de Castilla y sus señoríos mandado hacer por el rey Pedro I, San Zadornil pertenecía al señorío de Pedro Fernández de Velasco y tenía derechos sobre varios lugares y aldeas, algunos de ellos del valle de Valdegobía.

Desde entonces, y hasta la abolición de los señoríos a comienzos del siglo XIX, la villa de San Zadornil y los lugares de San Millán, Arroyo y Villafría, fueron de jurisdicción de señorío de los Velasco, duques de Frías desde 1492, y estaban integrados en el denominado “Partido de Castilla la Vieja en Laredo”. En el siglo XIX, los cuatro pueblos formaron el Ayuntamiento de la Jurisdicción de San Zadornil, situación administrativa que permanece hoy en día.

Arquitectura popular

Los conjuntos urbanos de estos pequeños pueblos mantienen su aspecto medieval, destacando San Zadornil por su trazado de angostas y sinuosas callejuelas. En sus casas, en cuya construcción los materiales empleados son fundamentalmente la piedra, el adobe, la toba y la madera, se aprecia un estilo arquitectónico muy similar al de otros pueblos de su entorno geográfico, aunque con algunas pequeñas diferencias. En algunas casas aparecen las tradicionales solanas, normalmente del tipo de las que caracterizan las casas del Valle de Losa, situadas en el centro de la fachada y hundidas con respecto a ésta, pero son menos frecuentes que en otros lugares.

Los entramados de madera y adobe, en algunos casos de toba, son frecuentes sobre todo en las construcciones auxiliares y en los pajares. Los molinos, potros, lavaderos y boleras son otros tantos ejemplos de la arquitectura tradicional. También se conservan restos de arquitectura industrial tradicional en algunas viejas carboneras construidas de ladrillo.

Además, son bastantes las casas en las que se pueden encontrar elementos de arquitectura culta o de prestigio como arcos de grandes dovelas y ventanas con dinteles elegantemente tallados.

Junto a la iglesia románica de San Saturnino, en lo alto del pueblo de San Zadornil, un pequeño museo etnográfico ayuda a conocer con más detalle estos pueblos, su historia y sus modos de vida tradicionales.

Arquitectura religiosa – Arte Románico

El arte románico es el protagonista indiscutible de la bellísima iglesia de San Saturnino, situada en lo alto del conjunto urbano de San Zadornil. Este templo, que conserva una gran parte de su estructura románica de finales del siglo XII, destaca por su esbelta torre de planta cuadrada y por el pequeño pórtico adosado a sus pies protegiendo la portada de entrada. Las tallas de los canecillos y capiteles muestran una decoración austera y sencilla.

La iglesia de San Millán, en el pueblo del mismo nombre, conserva su cabecera medieval correspondiente a un estilo románico tardío muy próximo al gótico. El resto del templo es muy moderno. A las afueras del pueblo un pequeño Humilladero o Capilla de las Ánimas recibe a los viajeros. Estos pequeños edificios religiosos, ante los que viandantes y peregrinos se detenían a orar por las ánimas del purgatorio, son silenciosos testigos de la religiosidad popular postridentina.

En el centro del bello conjunto urbano de Arroyo se levanta la iglesia de Santa María construida en un elegante estilo gótico popular. La iglesia del pueblo de Villafría, situado a casi mil metros de altitud, es de estilo popular, aunque conserva algunos interesantes elementos medievales.

PATRIMONIO NATURAL

Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil

El Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil, en las estribaciones orientales de la Cordillera Cantábrica, es un modélico relieve estructural de tipo jurásico que incluye las sierras de Oña, la Llana, Pancorbo, Árcena y los propios Montes Obarenes. Es un espacio de enorme interés geológico, geomorfológico y reserva de la biodiversidad.

Todo el espacio esta incluido en la Red Natura 2000 con la declaración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). La jurisdicción de San Zadornil se sitúa en plena sierra de Arcena y cuenta con una de las Casas del Parque. Desde sus poblaciones parten cuatro senderos de pequeño recorrido: los SLC-BU 97-Sendero de San Millán, PRC-BU 98-Sendero de San Zadornil, PRC-BU 100-Sendero de Arroyo y SLC.BU-110-Sendero de Villafría de San Zadornil.

Sierra de Árcena y Castañar de Arroyo

La Sierra de Árcena, incluida dentro del Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil, es un anticlinal perfecto que presenta un magnífico relieve calizo, dando lugar a un paisaje de extraordinaria belleza, con espectaculares rincones y desfiladeros como el del río Purón que cruza la sierra comunicando el Valle de Tobalina y Valderejo. Una vegetación de transición atlántico-mediterránea otorga una personalidad indiscutible a los bosques que cubren sus laderas en los que predominan el pino silvestre y el haya, pero en los que son abundantes también otras especies como el roble albar, el boj, el acebo, el tejo y los castaños.

En las inmediaciones del pueblo de Arroyo, un bosque de castaños centenarios de gran porte sorprende a los caminantes que cruzan por él siguiendo la ruta del sendero PRC-BU-100.

Bibliografía:

  • ILARDIA GÁLLIGO, Magdalena, Enciclopedia del Románico en Castilla y León, Aguilar de Campoo, 2002.

  • LÓPEZ MARTÍNEZ, Nicolás, Monasterios primitivos en la Castilla Vieja (s. VI-XII), Burgos, 2001.

  • MARTÍN VISO, Iñaki, Poblamiento y estructuras sociales en el norte de la Península Ibérica (siglos VI-XIII), Salamanca, 2000.

  • MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo, Libro Becerro de las Behetrías. Estudio y texto crítico, León, 1981.

  • SACRISTÁN DE LAMA, José David, La Edad del Hierro en la provincia de Burgos, Burgos, 2007.